“Quédate con el niño y desaparece, no voy a mantenerlos”, dijo mi esposo con frialdad frente al juez, pero en cuanto la secretaria leyó un solo párrafo del expediente, nadie volvió a moverse.
El juez no leyó en voz alta el nombre del propietario; lo dejó colgando, como una cuerda tensa. Su dedo […]






























